Esiste il cibo perfetto? Buono, dolce e
saporito, leggero e digeribile ma energetico e nutriente, ricco non solo di
calorie ma anche di vitamine e minerali, bello da vedere e buono da mangiare in
ogni momento della giornata, sempre pronto, senza tempi di cottura o altre
preparazioni, trasportabile e resistente, tutto in un unico alimento?
Possibile?
Non scomodate nessuna multinazionale, non
servono campagne pubblicitarie né invenzioni da grande chef. La natura ha già
fatto tutto, o il Creatore se preferite. Il nettare degli dei si chiama:
frutta.
L’uomo è una scimmia
Noi in origine siamo quasi fruttariani: scimpanzé
e gorilla, i primati più simili a noi, mangiano principalmente frutta (anche se
non disdegnano foglie, radici, tuberi, insetti e anche carne e pesce di tanto
in tanto); anche l’homo sapiens sapiens ha un sistema digerente ottimizzato per
la frutta, che in 30-45 minuti si trasforma da dolce sapore sul palato a
energia e vitamine in circolo per il corpo. Se ne mangiamo poca e spesso ci dà
gonfiore è colpa delle abitudini moderne, che hanno relegato la frutta a
“dessert”, a fine pasto, come dire da mangiare se resta ancora un po’ di fame
da saziare, e in concorrenza con i “dolci”: cioccolato in quantità e poi torte,
pasticcini, yoghurt, gelati e altre golosità artificiali.
L’alimento più digeribile
Invece la frutta dovrebbe essere protagonista
della nostra alimentazione. Senza arrivare agli estremi dei fruttariani “veri”,
fondamentalisti che sostengono di potersi alimentare esclusivamente di frutta
(magari con 20 banane al giorno), la frutta è perfetta in ogni momento, a patto
di rispettare un dato di fatto “da scimmie”: la frutta non si digerisce nello
stomaco, ma in bocca e nell’intestino.
- Prima regola: sempre a stomaco vuoto. Se la frutta incontra alimenti nello stomaco, resta bloccata lì e fermenta dando gonfiore e allungando i tempi di digestione.
- Seconda regola: meglio non mescolare. Infatti la frutta acida e quella dolce rischiano di creare una macedonia assassina, che fermenta nello stomaco.
Come mangiare la frutta
Per non complicarsi la vita con strane tabelle
di frutta combinabile o meno, vale il vecchio sistema dello scimpanzé, che
quando trova un albero carico di frutta matura ne mangia a sazietà. Quindi un
solo tipo per volta, senza mescolare. E allora via a banchetti con un solo
frutto di stagione, finché ce n’è. (Fanno eccezione le banane e le mele, che
non sono acide e non fermentano e sono quindi combinabili con altri cibi). Se
proprio volete, dopo un’oretta potere fare il bis con un frutto diverso.
Quando mangiare la frutta
Il momento migliore è a colazione, perché lo
stomaco ha avuto tutta la notte per svuotarsi. È perfetta la frutta acquosa e
zuccherina (meloni, arance, anguria, uva ecc.) che in mezz’ora ci reidrata e ci
dà energia vera in circolo nel sangue, non come un caffè o una sigaretta che ci
riattivano a base di eccitanti e stress. Durante il giorno la frutta è perfetta
come spuntino, due o tre ore dopo i pasti e sempre almeno mezz’ora prima del
pasto successivo, quindi a fine mattinata o nel tardo pomeriggio o anche come
aperitivo una mezz’ora prima dei pasti principali.
Quale frutta scegliere
Meglio quella del posto e di stagione; per chi
come noi vive intorno al Mediterraneo, in qualsiasi momento dell’anno c’è solo
l’imbarazzo della scelta, spesso a meno di un euro al kilo. Da evitare i
prodotti troppo artificiali, come le mele di plastica degli ipermercati o le
primizie fuori stagione, pompate chissà come. Lavatela bene, ma non pelatela,
perché pulire la frutta pelandola è come fare il bucato con le forbici. Se vi
preoccupano i prodotti chimici, sappiate che penetrano attraverso l’albero fino
alla polpa, quindi la buccia non è peggio del resto, e contiene molte vitamine;
semmai scegliete prodotti biologici.
Quanta frutta mangiare
L’unico limite è il portafoglio. A meno che
siate diabetici, potete mangiarne quanta volete; l’apporto calorico per frutto
è basso in ogni caso, e resta spazio per gli altri alimenti, magari in quantità più
moderate. Tre spuntini al giorno con tre frutti diversi sono deliziosi,
salutari e senza controindicazioni. E se vi appassionerete come me, sappiate
che un pasto a base di un solo frutto a sazietà è un ottimo sistema per
purificare il corpo. Specialmente dopo le abbuffate delle feste natalizie, o
dopo un periodo di difese immunitarie deboli, provate una giornata intera a
base unicamente di un solo frutto, per esempio arance, mele o uva, sempre a
sazietà, in cinque pasti. Il risultato sarà sorprendente!
¿Existe el alimento
perfecto? ¿Bueno, dulce y sabroso, ligero y digerible pero energético y rico en
nutrientes, no sólo con calorías sino también con vitaminas y minerales, bonito
de ver y bueno de comer a cualquier hora del día, siempre listo, sin tiempos de
cocción u otras preparaciones, transportable y resistente, todo en un único alimento?
¿Posible?
No molestemos a
ninguna multinacional, no sirven campañas de publicidad ni invenciones de gran
chef. La naturaleza ya lo ha hecho todo, o el Creador si se prefiere. El manjar
de los dioses se llama: fruta.
El hombre es un mono
Nosotros en origen
somos casi frutarianos: chimpancés y gorilas, los primates más parecidos a
nosotros, consumen principalmente frutas (aunque no rechazan algo de hojas,
raíces, tubérculos, insectos e incluso pescado y carne de vez en cuando); también
el homo sapiens sapiens tiene un sistema digestivo optimizado para la fruta,
que en 30-45 minutos se transforma de sabor dulce en el paladar a energía y
vitaminas en la sangre. Si comemos poca y a menudo nos da hinchazón es culpa de
los hábitos modernos, que han relegado la fruta a "postre", al final
de la comida, como si hubiera que comerla solo si todavía hay un poco hambre, y
en competencia con los "dulces": chocolate en cantidad y luego tartas,
pasteles, yogures, helados y otras golosinas artificiales.
La comida más
digerible
En cambio, la fruta debería
ser la protagonista de nuestra dieta. Sin llegar a los extremos de los
frutarianos “de verdad”, fundamentalistas que dicen ser capaces de alimentarse
exclusivamente de fruta (tal vez con 20 plátanos al día), la fruta es perfecta
en cada momento, siempre y cuando se respete una característica de nuestro
cuerpo "de monos": la fruta no se digiere en el estómago, sino en la
boca y los intestinos.
- Primera regla: siempre con el estómago vacío. Si la fruta se topa cono otros alimentos en el estómago, se atasca allí y fermenta dando hinchazón y alargando el tiempo de digestión.
- Segunda regla: mejor no mezclar. La fruta dulce y la ácida juntas son susceptibles de crear una macedonia asesina, que fermenta en el estómago.
Para no complicarse
la vida con extrañas tablas de fruta combinable o no, vale el viejo sistema del
chimpancé, que cuando encuentra un árbol cargado de fruta madura, come de él
hasta saciarse. Así que sólo un tipo a la vez, sin mezclar. Entonces barra
libre con un solo tipo de fruta de temporada, hasta que no quede ni uno. (Las
excepciones son los plátanos y las manzanas, que no son ácidos y no fermentan y
se pueden combinar con otros alimentos). Si realmente quieres, después de una
hora puedes repetir con una fruta diferente.
Cuándo comer fruta
El mejor momento es
el desayuno, ya que el estómago ha tenido toda la noche para vaciarse. Es
perfecta la fruta acuosa y azucarada (melón, naranja, sandía, uva, etc.) que en
media hora nos rehidrata y nos da verdadera energía que circula en la sangre,
no como un café o un cigarrillo que nos reactivan por medio de estimulantes y estrés.
Durante el día la fruta es perfecta como tentempié, dos o tres horas después de
las comidas y siempre por lo menos media hora antes de la comida siguiente,
entonces al final de la mañana o de la tarde o también como aperitivo una media
hora antes de comer o cenar.
Qué fruta elegir
Mejor la propia del
lugar y la temporada; para los que vivimos en el entorno del Mediterráneo, en
cualquier época del año hay muchísimo donde elegir, a menudo por menos de un
euro por kilo. Hay que evitar los productos demasiado artificiales, como las
manzanas de plástico de los supermercados o la fruta fuera de temporada, dopada
quién sabe cómo. Hay que lavarla bien, pero no pelarla, porque limpiar la fruta
pelándola es como hacer la colada con unas tijeras. Si os preocupan los
productos químicos, tened en cuenta que penetran a través del árbol hasta la
pulpa, por lo que la piel no es peor que lo demás, y contiene muchas vitaminas;
si acaso, elegid productos orgánicos.
Cuánta fruta comer
El único límite es tu
cartera. A menos que seas diabético, puedes comer la cantidad que deseas; la ingesta
de calorías por pieza es baja en cualquier caso, y queda sitio para las demás comidas, tal vez en cantidades más moderadas. Tres meriendas al día con tres
frutas diferentes son deliciosas, saludables y sin contraindicaciones. Y si te
apasionarás como yo, que sepas que una comida de una sola fruta hasta saciarse
es una gran manera de limpiar el cuerpo. Sobre todo después de los atracones de
las fiestas, o después de un período de defensas bajas, intenta un día comiendo
únicamente un tipo de fruta, por ejemplo las naranjas, las manzanas o las uvas,
siempre hasta saciarse, en cinco comidas. ¡El resultado será sorprendente!